jueves, 22 de enero de 2009

Vuelo de primavera

Tenue volar de mariposas lábiles.
Noche plagada de destellos azules.
Ángeles ciegos que no acuden a la cita
por temor a encontrarte aún desnuda.

Hay un rumor de manantiales claros
y una graciosa flor que se acomoda
entre las piedras de mis desvaríos,
para ceñirse el traje de la despedida.

Suenan violines, nace la aurora,
cantan a dúo los pájaros y el cielo.
Bebo en tu cántaro de miel y espero
que el sol de la mañana no te lleve.

Pero es inútil: soy invierno y frío.
Nada es capaz de detener tu vuelo.
Surges de pronto, debajo de la nieve
y es imposible pedirte que te quedes.

¡Déjame entonces! Vete, si quieres.
Tú eres la fértil. Yo soy la espera.
¡Qué no permita Dios que este capricho
deje sin germinar la primavera!

Lucio